¡Bienvenidos de nuevo a nuestro blog!
Esta vez vamos a contaros la primera de nuestras aventuras de cuarenta y dos kilómetros y pico del año. El club abrió la ronda de maratones de 2025 con Alberto haciendo un papel magnífico en Sevilla y demostrando lo bien preparado que se puede estar a esta altura del año en la que prácticamente acabamos de digerir la Navidad cuando uno le pone esfuerzo, voluntad, trabajo y coraje.
En la capital hispalense se plantó nuestro compañero dispuesto a sudar la camiseta de Alcalá Maratón y sobre todo a pasarlo bien y disfrutar ya de paso de un gran fin de semana en familia (sí, amigos, ya sabéis que nuestras familias también son sufridoras y partícipes de nuestra locura por correr. ¿Cómo si no sería posible llegar donde llegamos sin su apoyo y ánimo? ¡Eso sí que es gasolina de alto octanaje!). El objetivo estaba muy claro y bien grabado en su fuero interno, acercarse lo más posible a la exigente marca de tres horas y treinta minutos, siempre que su cuerpo y su cabeza le permitieran hacerlo sin sufrir más que lo justo a lo largo de este circuito que recorre algunos de los sitios más mágicos de la ciudad.
La fama precede a este lugar que casi de todo hace una fiesta, así que nada nuevo os vamos a descubrir del gran ambiente que en este evento se respira. La temperatura perfecta y la organización... bueno esta vez de nueve coma nueve, ya que la salida fue un poco caótica y hubo corredores que más de diez minutos después del inicio de la carrera aún seguían tomando la salida, algo no muy normal en una maratón de catorce mil corredores. Peeeero todo se perdona a cuando el resto del trabajo es impecable, así que podemos decir que esta cuadragésima edición ha sido todo un éxito.
A Alberto el follón de la salida lo penalizó y salió sin tener a la vista su globo de tres horas treinta que debía ser su referencia. Aún así, no se amilanó, vista al frente y a enfrentar la carrera lo mejor posible. Los kilómetros iban cayendo como si nada y al final no solo dio alcance a su liebre sino que la dejó atrás parando el reloj en un tiempazo de 03:28:56 y cumpliendo con creces sus dos objetivos: bajar las tres horas treinta y llegar con ganas de más maratón. Por cierto, ya os hago los cálculos yo; esto supone ir a un ritmo de 4'57'' por kilómetro. ¡Qué barbaridad! ¡Felicidades, Alberto!
A continuación y como siempre, unas imágenes de los mejores momentos del día.
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